Ella con el mar siempre en calma.
Él con las prisas.
Ella y su complejo de caracol.
Él paciencia al borde del abismo.
Ella capaz de aguantar hasta lo imposible.
Pero sin embargo.
Él y ella lloran con películas románticas,
se olvidan rápido de los nombres,
son caprichosos,
cabezotas
y orgullosos,
capaces de enfadarse por cualquier cosa,
para estar arrepentidos cinco minutos después.
Celosos hasta el último pedacito del alma
y sensibles como bebés.
Dicen que los polos opuestos se atraen,
no puedo negarlo,
hay una fuerza extraña que me ata a ti,
pero vengo a decirte
que además de eso
somos almas gemelas.
Dos bonitas e iguales contradicciones
que el destino quiso que se encontrasen.
Dos almas solitarias.
Dos corazones hechos añicos,
que acaban de encontrar alguien que los cuide.
Prométeme tú quedarte y
te prometo yo cuidarte
seré la mejor enfermera
de tu mejor parte.
Corazón.
Te quiero.
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